La actual sede de la Casa de la Cultura de Tula fue erigida a finales del siglo XIX, siendo la edificación civil más hermosa del Pueblo Mágico tamaulipeco. Fue una residencia particular, cuyo propietario tuvo problemas con el fisco, por lo que la edificación pasó a manos del Estado, convirtiéndose en la Escuela Minerva, el segundo plantel educativo que tuvo la localidad. El imponente y hermoso edificio de dos plantas se encuentra situado en una esquina de la Calle Hidalgo y cuenta con una doble fachada con hileras de puertas cuyas jambas en la planta alta son de forma ojival, lo que le confiere un ligero aire gótico.

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