A esta inmensa casa de casi 300 años de antigüedad hay que llegar pasando por el cementerio de Álamos. Perteneció a una de las familias alamenses más ricas y en torno a la hermosa y amplia casona hay una leyenda que a su celador le gusta contar. La hija del propietario de la casa se enamoró de un joven sirviente y la familia de la chica lo hizo encarcelar. Tras salir de la cárcel, el joven mandó a decir a su amada que le llevaría una serenata, pero fue asesinado antes de llegar a la ventana. La joven fue encerrada por la familia y se suicidó. Un drama de amor y dolor típico de los pueblos de México.

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