Su construcción se inició en 1790. De portada sobria y dimensiones modestas, es el centro neurálgico de la religiosidad en el Pueblo Mágico.
Llama poderosamente la atención que esté dedicada a San Isidro Labrador. Es importante mencionar que desde su fundación, esta tierra ha producido pródigamente diversos productos del campo, destacando las manzanas, de gran reputación. Fueron los tlaxcaltecas fundadores quienes introdujeron la agricultura en Arteaga. Al recordar que San Isidro, quien vivió en Madrid, España, en el siglo XI, fue un agricultor a quien se le adjudica varios milagros, todos relacionados con el entorno rural y fue canonizado en 1660, hace sentido que fuera el santo ideal para bendecir y proteger esta hermosa tierra.

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