La Calzada de los muertos es también conocida como la Calle de los Muertos, ya que los investigadores creyeron que en sus estructuras se encontraban tumbas de dignatarios. Comienza en el recinto de la Pirámide de la Luna, y termina en el recinto que los españoles llamaron Ciudadela. Su longitud es de 2 km, y tiene una anchura de 40m. A lo largo de la Calzada se encuentran los edificios más importantes destinados a templos, palacios y casas de personajes importantes.
La Pirámide del Sol, se estima que fue construida entre los años 50 A.C. y 200 D.C. Es la mayor de las pirámides de la ciudad, su estructura es la de mayor volumen y la más alta de todo el recinto con una altura de 63.5m. No existe prueba de que los teotihuacanos la hayan llamado de dicha forma.
La Pirámide de la Luna es de menor tamaño que la Pirámide del Sol , su altura es de 45m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada Diosa de la agricultura, que los arqueólogos creen pertenece a la cultura tolteca antigua.
La Ciudadela se encuentra situada al final de la Calzada de los Muertos. Es un patio rectangular con habitaciones donde se cree que vivían los sacerdotes y los gobernantes. En su lado este se encuentra el Templo de Quetzalcóatl.
El Templo de Quetzalcóatl fue construido por los toltecas. Cuando la civilización tolteca conoció Teotihuacán, la adoptó como suya y la estableció como ciudad santa. Lo mandó levantar el rey Mitl, entre los años 770 y 829 de nuestra era.
El Palacio de Quetzalpapalotl (quetzal, pluma, papalotl, mariposa), se ubica al oeste de la plaza de la Pirámide de la Luna. Es quizá el edificio más lujoso de la ciudad. Fue la residencia de personajes notables e influyentes. Está ampliamente decorado con murales, sobre todo de color rojo, que era el preferido de civilización teotihuacana. Este palacio muestra un buen ejemplo de lo que debieron ser los decorados teotihuacanos.
El Palacio de los Jaguares también se ubica al oeste de la plaza de la Pirámide de la Luna. A ambos lados de la puerta se observan las imágenes de dos felinos de gran dimensión, con sus cabezas emplumadas y que en sus patas sostienen una caracola, en actitud de soplar en ella como instrumento musical.

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