El Altiplano Central del Valle de México está conformado por valles, mesetas y lagos que rodean a la capital del país, el Distrito Federal. Habitado desde hace aproximadamente 20 mil años, el ahora Estado de México alberga una vasta y profunda historia que hoy en día se exhibe orgullosa de su diversidad y originalidad.
La historia se puede empezar a contar a partir del siglo VIII d.C., fecha en el que se tiene registro de la existencia del imperio de Tula, habitada por los toltecas cuya lengua se llama náhuatl.
La entrada de Hernán Cortés, con un ejército de españoles e indios enemigos de los aztecas, a las puertas de la gran Tenochtitlan el 13 de Agosto de 1521, es uno de los sucesos históricos más importantes en nuestro país. La caída de la capital del imperio contribuyó a la conquista del resto del territorio del valle de México.
Al término de la Independencia, el nuevo México independiente, reconoce al Estado de México como entidad oficial en el Congreso de 1824. A partir de entonces, tanto el nuevo estado como el nuevo país se sumergirían en una lucha por encontrar el camino del gobierno federal y democrático. Destaca la participación del maestro Felipe Sánchez y el constituyente León Guzmán.
Hacia 1824, sus límites se encontraban situados al norte con Querétaro, al oriente con Puebla, al sur con el océano Pacífico y al occidente con Guanajuato y Valladolid, hoy Morelia. Sin embargo, la creación de nuevos estados en el siglo XIX y su incorporación a la federación hicieron que el territorio original sufriera continuas segregaciones que se prolongaron hasta 1917, cuando el Estado de México aportó cerca de 2 mil kilómetros para el Distrito Federal.