Se cuenta que la aparición formal de los primeros asentamientos humanos en el occidente de México se remonta hace 7 mil años.
El territorio del actual estado de Jalisco estuvo habitado por diversas etnias: bapames, caxcanes, cocas, cuachichiles, huicholes, cuyutecos, otomíes, nahuas, tecuejes, tepehuanes, tecos, purépechas, pinomes, tzaultecas y xilotlantzingas, pinos, otontlatolis, amultecas, coras, xiximes, tecuares, tecoxines y tecualmes.
Durante el año 100, en la costa de Jalisco, entre Puerto Vallarta y Cihuatlán, así como en el oeste de la entidad; se desarrolla una cultura semejante a las de Colima y Nayarit, cuyos asentamientos principales se establecen en Tuxcacuesco, Autlán, El Ixtépete y cerca de Barra de Navidad. Su cerámica evoca motivos mortuorios, militares y costumbristas.
Posteriormente con la empresa de Nuño de Guzmán, da principio la colonización neo gallega, de esta se desprende la provincia neo gallega en el siglo XVI hasta el siglo XVIII y que comprende los actuales estados de Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, así como gran parte de los de Jalisco y Sinaloa, y una pequeña fracción de San Luis Potosí y Durango.
Desde 1810, la Nueva Galicia se convirtió en escenario de cruentas y decisivas batallas en pro del movimiento que dio la independencia a Nueva España. La guerra de Independencia había comenzado el 16 de septiembre de 1810, unos días después las primeras noticias de la sublevación llegaron a Guadalajara y a fines del mes incursionaron, en territorio de la intendencia.
Finalmente y después de luchar incansablemente, el día 26 de noviembre de 1810, Hidalgo hizo su entrada triunfal a Guadalajara, después de haber pasado por Zamora, La Barca, Atequiza y Tlaquepaque.
El 16 de junio de 1823, es la fecha muy importante para el estado por que se conmemora el nacimiento del Estado Libre y Soberano de Jalisco. Su capital es la ciudad de Guadalajara, la cual ha conservado este rango desde el siglo XVI hasta nuestros días.